El hidrógeno puede proporcionar energía a diferentes sectores, como el transporte, la industria o los edificios y viviendas. Se clasifica por colores, aunque no de manera natural, ya que es incoloro. Hay muchos colores, pero los más comunes son el verde, el gris y el azul. Algunas de las ventajas del hidrógneo verde son su capacidad de almacenar energía a gran escala, su fácil gestión y transporte y su contribución a la descarbonización, ya que se produce a partir de energía renovable.