Martes, 8 de noviembre de 2022
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Transcripción
Hola, de nuevo, soy Roberto Brasero y voy a acompañarte en este podcast de Planet Energy en el que vamos a hablar de cambio climático, de los retos para cuidar nuestro planeta, de la importancia de implicarnos todos. ¿Me acompañas?
Aumento de las temperaturas, cambios en los patrones climáticos, lluvias torrenciales o fenómenos medioambientales extremos. El cambio climático es uno de los grandes retos que tenemos como sociedad, por ello, hay que sumar esfuerzos para evitar que la temperatura del planeta se eleve más allá de 1,5 grados en 2030, como establecieron las principales potencias del mundo en el acuerdo de París en 2015.
El conocimiento científico y la implicación de las instituciones y gobiernos en la lucha contra el cambio climático ha sido progresiva a lo largo de las últimas décadas.
Mientras a principios de los 70 la Primera Cumbre para la Tierra de Naciones Unidas apenas ofrecía recomendaciones para las acciones medioambientales, a finales de los años 80 ya se había instalado en el debate púbico la expresión calentamiento global y la preocupación por la destrucción de la capa de ozono.
Es entonces cuando nace el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un foro para el estudio del calentamiento debido al efecto invernadero y los cambios climáticos mundiales.
Con el paso de los años se reconoció el trabajo de este grupo. Hasta tal punto que el IPCC y el trabajo en la lucha contra el cambio climático del ex Vicepresidente de los Estados Unidos de América, Al Gore, recibieron el premio Nobel de la Paz en 2007. Sus palabras pronunciadas aquel 10 de diciembre de 2007, el día que recibía el Nobel de la academia sueca, todavía resuenan.
“La tierra tiene fiebre. Y la fiebre sube. Los expertos nos han dicho que no es una afección pasajera que se cura sola. Pedimos una segunda opinión. Y un tercera. Y un cuarta. Y la conclusión consistente, reafirmada con creciente alarma, es que algo básico está mal”
Hay algunos puntos de inflexión en la lucha contra el cambio climático: es el caso de la adopción del Protocolo de Kyoto en Japón en diciembre de 1997. Su objetivo, reducir las emisiones totales de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero de los países industrializados en al menos un 5% respecto de los niveles de 1990 durante el periodo de compromiso de 2008 a 2012. El Protocolo entró en vigor el 16 de febrero de 2005, siete años después de haber sido negociado por 160 países.
En las dos últimas décadas se ha avanzado mucho en el cuidado del planeta. El sexto informe de evaluación del IPCC: Cambio Climático 2022, en el que se han empleado más de 30.000 estudios científicos, aborda soluciones para frenar la situación de nuestro planeta: impulsar las energías renovables, la movilidad sostenible, establecer hitos concretos de reducción de emisiones de CO2 y fomentar la economía circular. Las tres erres van de la mano. Quienes mejor lo explican son las nuevas generaciones.
“En el cole nos enseñan que para cuidar el planeta tenemos que aplicar las tres erres: reutilizar, reciclar y reducir. Si aprovechamos más las cosas ayudamos a que no suban las temperaturas y siga lloviendo”.
Llega el momento de colaborar. La salud del planeta depende de la reducción de las emisiones. Jóvenes, empresas e instituciones ponen de su parte.
Nacen iniciativas como el Pacto por el Clima, una plataforma europea que hace de puente entre instituciones y ciudadanos que atraen a jóvenes como Lidia Martin Velasco, embajadora del Pacto por el Clima
“Un interés creciente por parte de la juventud en participar en estos círculos. Ha crecido muchísimo el nivel de concienciación social, no solo entre los jóvenes, sino entre todos los grupos de edades, todos los grupos sociales en torno al medioambiente, en torno a la sostenibilidad, al cambio climático. Siempre hemos sabido que era una realidad que estaba ahí pero hoy sí que hay mucha más información que es mucho más accesible, más comprensible”
Las nuevas generaciones ya hablan abiertamente de las consecuencias del calentamiento global:
“Como cada verano hay más incendios, cada verano se hace más seco y más caliente. Esto, claro, consiste a una inestabilidad a los sistemas de producción alimentaria para lo que no estamos preparados en realidad. Y otro segundo problema que me preocupa bastante es el sobreconsumo y la sobreproducción porque el sobreconsumo es algo en lo que mi generación participa muchísimo”
El tejido productivo también ha tomado conciencia y se remanga a la hora de sellar un compromiso con el medioambiente. Miguel Ángel Calderón, director de Ciclo de Carbono, de Cepsa.
“La industria contribuye aproximadamente a un 20% a todas las emisiones de CO2 que se originan a causa de las actividades humanas. Por tanto la contribución de la industria es esencial para reducir el CO2.”
El mundo se ha marcado un reto, quizás uno de los mayores retos de la humanidad: bajar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de cero. Eso es Net Zero.
La temperatura del planeta ha subido más de un grado en comparación a finales del siglo XIX. Para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C, es necesario que las emisiones se reduzcan alrededor del 45 % para 2030 y que se alcance el cero neto hacia 2050.
“Tenemos la experiencia del Protocolo de Montreal. Toda la humanidad decidió eliminar los clorofluorcarbonados antes de un determinado año y hemos visto que, uno, lo hemos conseguido y, dos, hemos regenerado la capa de ozono”.
El trabajo conjunto es imprescindible para reducir las emisiones de gases que provocan la subida de la temperatura de la tierra. El planeta y la biodiversidad, en juego. Pero también nuestra economía. Como explica Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional.
“El cambio climático es un riesgo creciente para la estabilidad macroeconómica y financiera. Pero a la vez con la acción climática, la inversión en tecnologías limpias y la resiliencia climática se genera crecimiento verde y empleos verdes. En eso está el FMI. Estabilidad, empleo, crecimiento. Y es por eso que el clima está ahora en el ADN de nuestra institución, en el corazón de nuestro trabajo”.
Toca transformar procesos de producción, de consumo y de movilidad. Para ello, es imprescindible acelerar las inversiones en la transición energética.
Previo a la COP de Egipto, hemos conocido un nuevo informe conjunto de la Agencia Internacional de Energía, la Agencia Internacional de Energía Renovable y la ONU, que subraya esta urgencia. Señala que será necesario una inversión global de 1 billón de dólares en energías renovables y más de 130.000 millones de dólares en hidrógeno, cada año hasta 2030, para frenar el cambio climático y alcanzar los objetivos de neutralidad.
La colaboración entre países, entre empresas, Gobiernos y sociedad civil será la clave para conseguirlo.
“Has escuchado Planet Energy, un podcast impulsado por Cepsa para compartir los retos del presente y del futuro de la energía y la sostenibilidad”.