Martes, 4 de marzo de 2025
Cada vez son más los aeropuertos, entidades gestoras y compañías que están implementado estrategias innovadoras para minimizar su huella ecológica en materia de transporte aéreo. Así, poco a poco, la sostenibilidad se está convirtiendo en un pilar fundamental en la gestión aeroportuaria y, de hecho, en Europa existen ya varios ejemplos considerados como representativos a nivel internacional.
Uno de ellos es el Aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, en Países Bajos, pionero en la adopción de prácticas verdes. Este aeródromo ha puesto en marcha sistemas de gestión energética eficientes para conseguir reducir significativamente sus emisiones de CO₂ mediante el uso de energías renovables desde 2018 y la electrificación de su flota terrestre, sustituyendo los vehículos de combustión por opciones eléctricas, incluyendo autobuses, equipos de servicio en tierra y taxis.
Este aeropuerto también ha implementado un sistema de gestión inteligente de iluminación y climatización, basado en sensores y algoritmos de optimización, lo que ha permitido minimizar su consumo energético sin comprometer la comodidad de los pasajeros. Schiphol trabaja igualmente en la reducción de ruido mediante el diseño de terrenos con barreras naturales y la optimización de las rutas de aproximación y despegue de los aviones.
Otra medida clave adoptada por el mayor aeropuerto de Países Bajos es la aplicación del modelo de economía circular en la gestión de residuos y la construcción de infraestructuras. Por ejemplo, en su Terminal A, actualmente en desarrollo, se están utilizando materiales reciclados y desmontables para garantizar que, en el futuro, puedan ser reutilizados en otras edificaciones.
Por otro lado, aquí en España también tenemos ejemplos destacados. AENA, la entidad que gestiona la mayoría de los aeropuertos de nuestro país, ha emprendido iniciativas similares. Según su presidente, Maurici Lucena, el objetivo es que “nuestros aeropuertos sean neutros en emisiones de carbono para 2030, con una inversión estimada de 750 millones de euros”. Entre las iniciativas puestas en marcha se encuentran la instalación de paneles solares o el uso de energía sostenible, entre otros ejemplos.
Al igual que sucede en Schiphol, AENA está optando por electrificar sus flotas terrestres y apostar por la gestión de residuos en base a un modelo de economía circular. Esto incluye el reciclaje de desechos y la reutilización de materiales provenientes de demoliciones de otras infraestructuras, reduciendo la necesidad de nuevos recursos y minimizando el impacto ambiental.
En el Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas se han implementado sistemas de iluminación solar en sus instalaciones, disminuyendo el consumo energético y promoviendo el uso de fuentes renovables. Este proyecto forma parte de una serie de iniciativas destinadas a mejorar la eficiencia energética de este y otros aeropuertos españoles, con la puesta en marcha de edificios equipados con iluminación LED de bajo consumo y sistemas de climatización geotérmica. Estas instalaciones no solo reducen el consumo energético, sino que también mejoran el confort de los pasajeros.
Pero quizá uno de los mayores impulsos hacia la sostenibilidad venga de la mano de los combustibles sostenibles de aviación —SAF, por sus siglas en inglés—, opción que se ha posicionado como una solución viable para reducir las emisiones de CO₂ en vuelos comerciales. Además, este 2025 ha entrado en vigor en Europa la obligación de utilizar al menos un 2% de SAF en el suministro de combustible para aviones, con proyecciones de alcanzar un 70% para 2050. Para lograrlo, compañías multienergéticas como Moeve están enfocándose en la producción de SAF en España, en concreto en su Parque Energético de La Rábida, distribuyéndolo en los principales aeropuertos españoles a las líneas aéreas más importantes.
Al mismo tiempo, tanto los pasajeros como los servicios asociados al tráfico aéreo también están tomando conciencia ambiental. Por esta razón, han proliferado las aplicaciones móviles que permiten a los pasajeros calcular y compensar la huella de carbono generada por sus vuelos. Por su parte, las tiendas y los restaurantes de los aeropuertos también han adoptado políticas para eliminar los plásticos de un solo uso, sustituyéndolos por materiales biodegradables o reutilizables.
Sostenibilidad y digitalización trabajan juntas
Pero la transformación de los aeródromos no llega únicamente con el compromiso medioambiental. La digitalización y la inteligencia artificial igualmente están redefiniendo la operativa aeroportuaria, mejorando la eficiencia y la experiencia del pasajero. La implementación de sistemas de gestión de tráfico aéreo basados en IA permite optimizar las rutas de vuelo, reduciendo el consumo de combustible y las emisiones. Estos modelos analizan en tiempo real variables como el clima y el flujo, facilitando la toma de decisiones e incrementando la eficiencia.
La propia movilidad interna en los aeropuertos está experimentando una revolución con la introducción de taxis eléctricos y drones. En España, AENA ya planea realizar vuelos demostrativos con aeronaves eléctricas de despegue y aterrizaje vertical (conocidos como eVTOL) entre 2025 y 2026, buscando validar procedimientos y establecer estándares para futuras operaciones. Además, se están desarrollando equipos de carga más eficientes y sostenibles, agilizando las operaciones y reduciendo, una vez más, el impacto ambiental.
Como cabía esperar, la automatización y la IA se han integrado en diversos procesos aeroportuarios para agilizar y mejorar la experiencia del usuario. Entre ellos destacan el control de seguridad y embarque, con sistemas automatizados y reconocimiento biométrico para acelerar los procedimientos, reduciendo tiempos de espera y mejorando la precisión.
O la gestión del equipaje con tecnologías avanzadas que permiten un seguimiento en tiempo real, minimizando pérdidas y facilitando la recuperación en caso de incidencias. También los asistentes virtuales, los chatbots y los asistentes de voz, ofrecen información y asistencia personalizada a los pasajeros, resolviendo dudas y proporcionando recomendaciones en tiempo real.
Y es que de la mano de la dupla sostenibilidad-digitalización se está configurando un nuevo modelo de aeropuerto, un entorno más respetuoso e inteligente, donde se integran tecnologías avanzadas y prácticas ecológicas. Una transformación que resulta esencial para afrontar los desafíos actuales y futuros del sector aéreo, garantizando operaciones más eficientes y una experiencia superior para los pasajeros.
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