Martes, 28 de mayo de 2024
Cada día millones y millones de personas nos desplazamos por carretera para llegar a nuestros puestos de trabajo, hogares o destinos vacacionales. Y nos movemos sobre pavimentos que, mayoritariamente, están formados por mezclas asfálticas que incorporan en sus procesos de fabricación, ligantes bituminosos derivados del petróleo, esenciales para alcanzar las prestaciones de las mezclas asfálticas durante su vida en servicio. Al igual que sucede en otros sectores, esta industria también apuesta por la descarbonización y ya trabaja desde hace años para desarrollar técnicas que sean igual de eficientes pero más sostenibles y respetuosas con el medioambiente.
Lo primero que nos preguntamos, entonces, es si pueden reutilizarse los pavimentos asfálticos. La respuesta es sí. Según un estudio realizado por la UPC (Universidad Politécnica de Cataluña), además de las metodologías de rehabilitación de firmes convencionales, que usan materiales vírgenes, existen diversos procedimientos que reutilizan los materiales agotados del firme. Los expertos de la UPC explican que para la reutilización “junto con estos materiales envejecidos, se pueden añadir otros como ligantes especiales, agentes rejuvenecedores, nueva mezcla bituminosa, etc.)” y que no solo hay una manera de llevar a cabo este proceso.
De hecho, en función de los deterioros del pavimento asfáltico; de si este es superficial o, por el contrario, afecta a la estructura del firme; del coste (y no solo económico, sino también medioambiental y social); la experiencia y disponibilidad de los equipos o el tiempo requerido, son cuatro las técnicas más usadas: reutilización en caliente; semicaliente; en frío con cemento; y en frío con emulsiones bituminosas ya sea in situ o en planta.
Afecta menos al tráfico y otras ventajas de la reutilización
Independientemente de cuál se escoja, las ventajas de reutilizar un pavimento van desde el aprovechamiento de los recursos disponibles dentro del sistema de economía circular, pasando por evitar la explotación de nuevas canteras ya que, al reutilizar materiales granulares existentes en la mezcla envejecida, no se producen residuos; hasta los rendimientos de fabricación. Además, cuando este reciclado se hace in situ se eliminan las operaciones relativas al transporte de los materiales hasta una central de fabricación.
Al mismo tiempo, los expertos explican que estas técnicas evitan problemas de gálibo, ya que con ella el firme no ‘recrece’; facilita el hacer modificaciones con respecto a la alineación vertical y horizontal sin la necesidad de grandes actuaciones; posibilita reparar los fallos estructurales sin necesidad de desechar los materiales existentes y mejora la adherencia superficial. Además, se afecta menos al tráfico, porque mientras que se rehabilita un carril, se puede circular por los otros y el tiempo que se tarda en estas operaciones es inferior al de las técnicas clásicas.
En ese sentido, Cepsa tiene en marcha varios proyectos en los que se aplican diferentes técnicas de reutilización, con el fin de rehabilitar la estructura de los firmes dañados. En el País Vasco, por ejemplo, en la carretera GI 3591, al Santuario de Arantzazu se ha empleado un 80% de material recuperado de las carreteras envejecidas.
Proyectos de pavimentos alternativos
Más allá de la reutilización, que normalmente se usa para solucionar el deterioro de la red viaria actual, la industria está buscando alternativas en lo que se refiere a los materiales para fabricar nuevos pavimentos, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad. .
Así, encontramos firmes a partir de residuos plásticos y PET reciclado. PlasticRoad de KWS, por ejemplo, usa plástico reciclado, procedente de botellas, vasos y otro tipo de envases y packaging. En 2018, un tramo del carril bici del municipio holandés de Zwolle se convirtió en el primer pavimento fabricado a partir de este material. Y, en Filadelfia, expertos de la Universidad de Temple usan una mezcla de plástico PET y barro “que funciona como hormigón permeable y asfalto poroso”, explica uno de sus precursores, el profesor Naji Khoury. PlastiSoil, como lo denominan sus creadores, puede usarse para aceras, carriles bici, autopistas o parkings.
En España, gracias a la labor de Signus, son más de 1.600 kilómetros los tramos de carreteras asfaltadas empleando polvo de caucho procedente de los neumáticos al final de su vida útil (NFVU) que la compañía recoge para reciclar Y, en la misma línea, la Universidad de Granada lleva años trabajando en el Proyecto Masai; materiales asfálticos, sostenibles, automatizados e inteligentes, que incorporan fresado de pavimentos envejecidos, neumáticos usados y otros materiales reciclados. Este proyecto ha suscitado el interés de la F1.
Por su parte, el CETIM de A Coruña también está investigando en mezclas con nanocelulosa proveniente de residuos madereros.
Finalmente, en Cepsa, el negocio de Asfaltos participa en varios proyectos de Ecoasfaltos que siguen “los principios de la economía circular e incorporan aditivos para la reducción de consumos energéticos y de emisiones”. Estos incluyen desde metodologías para reducir las temperaturas de fabricación y aplicación en obra, hasta pruebas con nuevos ligantes con mayores prestaciones que contribuyen a la mayor durabilidad del firme o el empleo de reciclados de subproductos derivados de otros procesos del refino.
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