Lunes, 5 de diciembre de 2022
En un contexto protagonizado por una crisis energética a nivel mundial, cada vez es más necesario que la sociedad adapte sus hábitos de consumo para proteger el medioambiente y reducir las emisiones de carbono, y esto pasa por la reducción del consumo de energía.
Sin embargo, con las Navidades a la vuelta de la esquina, la factura energética de los hogares suele dispararse como consecuencia de la iluminación propia de estas fiestas, las reuniones y comidas, los desplazamientos y la bajada de las temperaturas. Según la Asociación de los Consumidores de Energía, el consumo eléctrico durante diciembre y enero asciende de forma cíclica un 28%, lo que produce un incremento del 19% de la factura final –sin tener en cuenta las variaciones de precio–.
Son muchas las ciudades que cada año establecen medidas para reducir el gasto energético asociado al alumbrado y a las fiestas navideñas, pero ¿qué podemos hacer desde nuestros hogares para ahorrar energía y poner nuestro granito de arena para hacer un mundo más sostenible?
Bombillas LED para las luces del árbol y la calefacción a 21ºC
Son muchas las prácticas que podemos incorporar a nuestra rutina para ahorrar energía durante unas fechas tan señaladas. Una de las claves es el uso de iluminación de bajo consumo con bombillas LED en adornos, decoraciones y luces de Navidad. Este tipo de bombillas suponen un ahorro de hasta el 90% de electricidad en los hogares y tienen una vida útil de 50.000 horas, frente a las 1.000 de las lámparas incandescentes.
Además, un hábito responsable es limitar las horas de encendido de las luces decorativas a momentos especiales, evitando el gasto energético que suponen cuando no hay nadie en la habitación. Si cuentas con una tarifa de discriminación horaria (horas punta, llano y valle), presta atención a los tramos del día en los que la electricidad estará más cara o más barata, e intenta adaptar tu rutina a ellas.
Una fórmula cada vez más extendida para ahorrar energía es el uso de temporizadores y enchufes inteligentes, que nos ayudarán a evitar caer en el consumo fantasma. Este gasto silencioso de los electrodomésticos y aparatos eléctricos cuando están enchufados, pero no se usan, representa entre un 7 y el 10% de electricidad que se consume al año en España, según el Instituto para la Diversificación y Ahorro de Energía (IDAE). Para combatirlo, los temporizadores abren y cierran el circuito eléctrico, algunos de manera automática e incluso desde nuestro teléfono, permitiendo controlar el encendido y apagado de los dispositivos e incluso programarlos para que se activen automáticamente. Si no vamos a estar en casa, lo más recomendable es desenchufar todos los aparatos que no requieran estar permanentemente conectados a la red eléctrica.
Asimismo, la época de festiva suele estar protagonizada por una bajada generalizada de las temperaturas —al menos en el hemisferio norte—. Cerca de la mitad de la energía que consumen las familias españolas es para calentar sus viviendas, aunque depende de la región en la que vivan. Según datos de la OCU, cada hogar gastará unos 750 euros al año en calefacción, pero el coste final puede variar dependiendo del sistema empleado. Los radiadores y estufas eléctricas son los más costosos, frente a alternativas más económicas como la bomba de calor, la estufa de pellets o el gas natural. Si no tenemos otra opción, la temperatura es la clave. No es necesario andar en manga corta por nuestra casa, y debemos considerar que por cada grado que aumentemos, se incrementa aproximadamente un 7% el consumo de energía. Desde IDAE recomiendan que la temperatura se encuentre entre 19 y 21 ºC y apagar los sistemas de calefacción durante la noche. Además, un adecuado aislamiento de la vivienda, cerrando bien ventanas y puertas tras ventilar (con 10 minutos es suficiente), así como bajar persianas y cortinas al anochecer nos ayudará a evitar pérdidas de calor.
Celebración en clave sostenible: cocina de aprovechamiento y regalos eco
No solo en el consumo eléctrico podemos ahorrar durante las fiestas navideñas. En unas fechas protagonizadas por reuniones familiares y muchas comidas, es recomendable intentar reducir los desplazamientos en la medida de lo posible, optar por el transporte público, medios más responsables con el medioambiente o simplemente caminar. De esta forma, reducimos las emisiones de CO2 del sector transporte.
Entre fogones, lo recomendable es aprovechar el calor para elaborar distintos platos: las ollas exprés son más rápidas y eficientes que las tradicionales, y tapar las cazuelas permitirá guardar el calor y que los alimentos se cocinen más rápido. Al sentarnos en la mesa, mejor optar por una vajilla antes que utilizar cubiertos y platos de plástico, y cuando toque fregar, un lavavajillas completo es la opción más eficiente para evitar el derroche de agua. Si no es posible, intenta no abusar del agua caliente.
Respecto a la cesta de la compra, escoger negocios locales también ayuda a reducir la huella de carbono. El sector de los alimentos representa entre el 20 y el 25% de las emisiones de CO2 globales, y optar por los productos kilómetro cero, de temporada y no envasados es un hábito responsable para reducir nuestro impacto en estas fiestas. Además, en los días posteriores a grandes comidas, practicar el trash cooking o cocina de aprovechamiento es una fórmula que nos permitirá reducir el desperdicio alimentario.
Pero no todo va a ser preparar y cocinar. En el momento de los regalos también podemos ahorrar en todos los sentidos: practicando un consumo más responsable, apostando por detalles hechos a mano, objetivos y juguetes en buen estado que ya no se usan, o marcas sostenibles, cuyo modelo de producción sea respetuoso con el planeta. Para envolverlos, la clave es la creatividad: podemos aprovechar periódicos y revistas viejas, telas que tengamos en casa, cajas de madera, cristal o cartón, y optar por adornos naturales como flores secas o piñas en vez de lazos u otros adornos.
Y cuando todo pase… ¡Recicla! Aunque durante las fiestas hayamos puesto en práctica nuevas rutinas para generar menos residuos, aquellos que no hayas podido evitar pueden ser reciclados depositándolos en el contenedor o punto limpio correspondiente. Respecto a todo lo que se pueda reutilizar, guárdalo para las próximas fiestas. Pasito a paso conseguiremos que la Navidad sea un poco más sostenible y respetuosa con el planeta sin dejar de lado nuestras tradiciones.
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