Martes, 11 de julio de 2023
Hay multitud de formas de pasar las vacaciones, tantas como la imaginación (y el presupuesto) permitan. En este abanico de posibilidades, los campings son una alternativa cada vez más demandada. De hecho, según los últimos datos del INE de mayo de este año, las pernoctaciones en estos alojamientos aumentaron un 9,6% con respecto al 2022, con una tasa de ocupación del 36% (algo superior el fin de semana). En los meses álgidos del verano llegan, incluso, a superar los dos millones de veraneantes.
No cabe duda de que es una forma más económica de viajar, pero más allá del descanso al bolsillo, acampar implica un contacto con la naturaleza prácticamente total. Los campings suelen estar ubicados cerca de espacios protegidos de gran riqueza natural y paisajística, además de ser complejos más austeros que no implican demasiadas instalaciones. Te explicamos en este post cómo hacer todavía más ‘verde’ tu experiencia en un camping.
No importa si se duerme en tienda de campaña, autocaravana o una cabaña prefabricada, la primera recomendación es elegir un equipamiento que sea respetuoso con el planeta. Para ello, te puede ayudar comprar en tiendas como baBaik, un marketplace de productos deportivos de montaña en las que dan prioridad a aquellos que están fabricados de forma más sostenible. De hecho, todo tiene una ‘puntuación ecológica’ para saber cómo de ‘verde’ es su fabricación y distribución. Vaude, Trangoworld oRab son algunas de esas marcas que trabajan para que su impacto sea el menor posible.
La movilidad sostenible también ha llegado al mundo de las autocaravanas. Es el caso de Knaus Sport E.Power Selection, una autocaravana eléctrica que cuenta con un motor que permite recorrer grandes distancias. Independiente del propulsor, gracias al autoconsumo y la instalación de placas solares en el vehículo, es posible hacer que el consumo energético sea sostenible.
En línea con el punto anterior, dentro de que los campings son espacios respetuosos con el entorno, hay algunos que van un paso más allá: son los denominados campings ecológicos. Un ejemplo es el Eco camping Arbizu, en Navarra, cuyas instalaciones son bioclimáticas, construidas en madera y aislantes naturales de materiales como la paja, la lana de oveja o el algodón de vaqueros reciclados. Además, se abastecen de energía eólica y biomasa.
Aparte de elegir un camping con el menor impacto posible, uno como campista puede incorporar a su rutina una serie de prácticas sostenibles: reciclaje, el empleo de servilletas de tela, cubertería de acero inoxidable o madera, evitando el plástico de un solo uso. También estropajos y esponjas de fibras orgánicas y productos de limpieza e higiene naturales y/o biodegradables. Evita los envases y en la medida de lo posible usa pastillas de jabón, ya sea para el cuerpo, el cabello o los platos. Además, lleva siempre contigo bolsas y botellas reutilizables de otros materiales más respetuosos con el medio, como termos de bambú o acero inoxidable. Asimismo, siempre que se pueda, utiliza transporte público, bicicleta o camina.
El camping es una conexión total con la naturaleza, en la que disfrutar en un entorno ecológico al aire libre. Su ubicación permite realizar numerosas rutas y excursiones, practicar trekking, BTT, barranquismo, escalada, piragüismo y un sinfín de planes ligados al turismo rural, de aventura y naturaleza, por lo que es importante saber disfrutar del entorno sin interferir en él. Para ello, muchos campings tienen talleres ecológicos, granjas, huertos y organizan actividades de agroturismo, en la naturaleza y las zonas rurales a las que pertenecen. En el camping Ecocamp Vinyols, en Tarragona, disponen de talleres de remedios caseros, cocina regional, reciclaje de ropa o construcción con materiales del entorno. Lo mismo ocurre en La Vall de Campmajor, en Girona, o en el de Playa de Taurán, en Asturias.
Como hemos visto anteriormente, muchos campings poseen huertos e incluso, espacios con animales de granja. Además, se puede contribuir a la sostenibilidad consumiendo alimentos de proximidad, de comercios de la zona. Empaparse de las costumbres y gastronomía local es otra manera de descubrir un destino. Muchos de ellos, incluso, organizan talleres de cocina, como en Didot (Castellón), o se prohíben prácticas poco respetuosas como barbacoas. En la medida de lo posible, evita las cocinas de gas, opta por hornillos de alcohol y cocina en las zonas establecidas para ello.
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