Martes, 9 de mayo de 2023
Al auge estacional de las bodas hay que sumar otros dos factores que hacen de esta la época con más eventos del año: por un lado, las comuniones; por otro, cualquier tipo de fiesta o celebración que quiera hacerse al aire libre, ya que el tiempo favorece la ocasión. En cualquiera de estos casos, estamos en meses de decoraciones especiales, trajes y vestidos para momentos puntuales, grandes regalos y un sinfín de decisiones que no siempre son del todo sostenibles. Si tenemos en cuenta la creciente preocupación de los ciudadanos por el cambio climático, estos eventos son un lugar más que propicio para actuar con responsabilidad medioambiental.
Es por ello por lo que las ecobodas están creciendo con mucha fuerza en los últimos años. Para quien esté planificando su boda, aquí van algunos consejos para hacerla lo más sostenible posible.
Comida: de proximidad, de temporada y sin desperdicio
La sostenibilidad comienza por uno de los grandes alicientes de las bodas: el banquete. Todo aquello que esté en nuestro enlace debe haber recorrido el menor número posible de kilómetros. Para ello, es recomendable que cualquier boda cuente con comida procedente de proveedores de proximidad. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, de hecho, cuenta con un buscador de proveedores de proximidad para cualquier parte de España. También es aconsejable no forzar la naturaleza y optar por alimentos de temporada.
Y algo que todos sabemos: en las bodas siempre sobra comida. Para evitar el desperdicio alimentario, ¿qué mejor que regalar a los invitados parte de la comida y que se la lleven en un táper? Eso sí, que la fiambrera sea de cristal o de aluminio, lo que nos lleva a otro punto importante: cualquier ecoboda debería prescindir al máximo de todo tipo de plásticos. En cuanto al agua, lo más sostenible es servirla siempre del grifo, nunca embotellada.
Ropa: reciclada, de segunda mano y/o acorde al clima
La ropa de una boda siempre es un tema delicado. En primer lugar, los novios suelen querer estrenar ropa, aunque también son conscientes de que eso implicará un gran desembolso en una prenda que, seguramente, usen una sola vez en su vida. Si quieren apostar por una ropa más sostenible, pueden alquilar sus trajes o comprarlos (y después venderlos) de segunda mano. Un ejemplo de ello: las tiendas Humana han puesto a la venta 500 vestidos de novia de segunda mano a partir de 100 euros. Y si el qué dirán sigue pesando y se prefiere estrenar ropa, se puede recurrir a diseñadores como Larca, que recicla trajes antiguos o de época.
Para los invitados, el outfit no es un tema menor, especialmente para los hombres, a los que las reglas tradicionales obliga a ir con un traje o esmoquin completo del que no pueden desprenderse, como poco, hasta que acabe el banquete. Esto suele tener una consecuencia obligada: hay que poner el aire acondicionado. En este caso, los invitados pueden optar por las alternativas antes mencionadas, pero hay una solución mucho más sencilla: que los novios establezcan una etiqueta informal, de modo que nadie tenga que ir encorsetado con ropa de más y se pueda prescindir del aire acondicionado o usarlo de manera menos intensa.
Regalos sostenibles para invitados
Los regalos para los invitados no son algo obligado, pero sí frecuente. Y lo cierto es que incluso este elemento puede ser sostenible. Una idea: regalar una planta. No, no se trata de darles una maceta y que vayan con ella hasta casa. Multitud de empresas, como por ejemplo Seedball Factory, venden cápsulas de semillas de transporte sencillo. Una vez en casa, bastará con introducirlas en una maceta y regarla para que, poco después, empiece a brotar la planta.
En este apartado, las ideas no acaban nunca. Un vistazo rápido en internet nos puede llevar a regalos totalmente sostenibles: chocolates artesanos sin plástico como envase, cepillos de dientes de bambú, cosméticos ecológicos o Do it yourself, focos solares, lapiceros con semillas…
Sitio de celebración: apostemos por espacios naturales
Un buen punto de partida es tener en cuenta que, en este tipo de eventos, suelen ser muy recurridos los elementos florales, así que, ¿qué mejor que apostar por un espacio natural? Si se elige una terraza urbana o un salón lleno de flores, una vez acabado el evento esas flores tendrán muy poco futuro. Por ello, es mejor optar por fincas o espacios naturales abiertos (en caso de grandes presupuestos) o, como poco, por jardines interiores o exteriores (en caso de presupuestos más modestos). De este modo, el espacio no se verá alterado y los elementos naturales perdurarán una vez acabada la celebración.
La luz, por cierto, no es un ingrediente menor. Las bodas nocturnas suelen hacer gala de un gran juego de luces y colores para sorprender a propios y extraños, pero es evidente que dispararán el consumo energético. Por el contrario, celebrar el enlace durante el día permitirá ser más eficiente y, además, disfrutar de la luz natural.
Alternativas al ramo, al arroz…
Son dos elementos que parecen imprescindibles en cualquier boda, pero eso no significa que sean insustituibles. Empecemos por el ramo de la novia: salvo casos muy concretos, estaremos hablando de naturaleza muerta que, pocos días después del enlace, ya no servirá de nada. Como alternativa, puede recurrirse a ramos de hierbas frescas (lavanda, romero…), que duran mucho más que las flores e incluso pueden usarse para cocinar. Otras alternativas son las flores comestibles de Organic Home Garden o las flores de tela de Tocados y Abalorios.
Ni que decir tiene que el arroz, si tenemos en mente el desperdicio alimentario, también podría ser altamente sustituible. En este sentido, los invitados pueden optar por pétalos de hojas secas o, si quieren ser más originales, confeti biodegradable o incluso semillas para pájaros, que pueden comprarse en cualquier tienda de aves.
Como podemos ver, las opciones son casi infinitas, pero todas ellas tienen el mismo objetivo: que las bodas, por muy ancladas a la tradición que puedan estar, se reconviertan en ecobodas y sean sostenibles. ¡Vivan los novios!
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