Jueves, 20 de octubre de 2022
Ser el primero en algo es importante. Pero serlo en el momento indicado lo es aún más. Si pensamos en los pioneros históricos que descubrieron nuevos horizontes dentro de nuestro inabarcable planeta, encontramos nombres como Cristóbal Colón, Fernando de Magallanes, Giovanni Caboto, Américo Vespucio, y tantos otros. No obstante, pareciera que todos esos personajes son tan lejanos, tan ajenos, que imaginar que hoy día alguien puede seguir descubriendo las maravillas de la Tierra resulta casi imposible. Sin embargo, hay una persona que en estos tiempos ha sido la primera en dar la vuelta al mundo caminando y nadando, uniendo los cinco continentes. Su nombre es Nacho Dean (Málaga, 1980), es naturalista, divulgador y explorador. De 2013 a 2016, recorrió, literalmente, el mundo a pie en una expedición llamada ‘EarthWideWalk’. No mucho más tarde, entre 2018 y 2019, mediante la expedición ‘Nemo’, lo hizo nadando, como una alerta sobre la conservación y el estado de los océanos. Hoy, mientras está en marcha una nueva expedición, reflexiona sobre la sostenibilidad y la relación de las personas con el medio ambiente.
¿Cómo y cuándo descubriste tu amor por la naturaleza y la pasión por la aventura?
Desde muy temprana edad. Mis padres me llevaron siempre a la montaña, a acampar, a nadar en el mar, a bañarme en los ríos… La naturaleza ha formado siempre parte de mi educación. Luego, conforme he ido creciendo, me he ido dando cuenta de que donde más feliz me siento y donde más me gusta estar es en contacto con el medio ambiente.
Debo decir, también, que a los que nos gusta estar en contacto con la naturaleza tenemos la responsabilidad de cuidarla y tratar de dejarla para las nuevas generaciones como nosotros la hemos encontrado.
¿Crees en la importancia de que los niños y los jóvenes que viven en ciudades estén más en contacto con el campo y la naturaleza?
Sí, desde luego. Mi personalidad y mi forma de ser tiene un porcentaje muy elevado de la educación de mis padres. Además, claro, tienen mucha importancia mis vivencias personales, pero lo que me inculcaron mis padres fue determinante.
Yo creo que somos naturaleza. Estar en el bosque, en el mar…, es importante para desarrollar las habilidades motrices, pero también para desarrollar la idea del juego, por ejemplo, subiéndote a los árboles o siguiendo rastros y jugando entre las piedras, también para encontrar la paz y la tranquilidad mental. Es importante ver que si llueve y te mojas, no pasa nada. O simplemente ver las estrellas por las noches, y las nubes. Definitivamente, creo que la naturaleza es una parte muy importante para la educación en las nuevas generaciones.
Has sido la primera persona en dar la vuelta al mundo caminando y en unir los cinco continentes a nado. ¿La motivación iba más allá de querer batir un récord?
Sí, sí. Había una motivación en ser pionero en hacer algo, pero lo que de verdad da fuerza es creer en lo que haces. La vuelta al mundo caminando la hice para documentar el cambio climático, y uní los cinco continentes nadando para lanzar un mensaje de conservación de los océanos. Caminar es la mejor manera de atravesar los ecosistemas, ver el estado en el que están. Y, por supuesto, conocer más culturas y países.
Sobre sostenibilidad, ¿qué has ido aprendiendo en tus viajes?
He aprendido lo íntimamente ligada que está la especie humana a la naturaleza. Vivimos tiempos en los que todo lo vemos a través de una pantalla y hacemos fotos como si fueran postales, pero nosotros estamos dentro del cuadro porque formamos parte del medio ambiente. He estado en muchos momentos al límite de la supervivencia, y eso me ha ayudado a ver que vivimos en una sociedad muy confortable, muy segura, como consecuencia de una evolución, pero que necesitamos agua para beber, aire para respirar, comida para comer. He aprendido también a valorar la importancia de la salud. He podido ver con mis propios ojos el estado en el que se encuentran los ecosistemas. He visto que vivimos en un planeta que es una maravilla, que si descubriéramos uno así en otra galaxia, se nos abriría la boca a tres palmos.
Pero también he visto la otra cara. He visto zonas muy contaminadas por plásticos y por CO2, también he visto mucha deforestación, así como incendios y, en términos generales, mucha pérdida de biodiversidad como consecuencia de la actividad humana.
Estás preparando la siguiente expedición, ‘La España Azul’, ¿en qué consiste?
Ya hemos comenzado con ella. Es una navegación a vela, científica y divulgativa alrededor de España, incluyendo los archipiélagos canario y balear. El pilar es científico: vamos a documentar el estado en el que están los ecosistemas marinos, poniendo el foco en la contaminación por plásticos y microplásticos. En la Universidad de Cádiz se analizarán las muestras que tomemos, y después se publicará un informe que será el primer mapa sobre el estado de basuras marinas que hay en nuestras costas.
El otro pilar es la divulgación. Queremos hacer ciencia ciudadana porque creemos que la ciencia tiene sentido cuando se comunica y se comparte. Daremos charlas en colegios e iremos también limpiando playas. También invitaremos a gente al barco, desde los CEO de empresas hasta embajadores a los que hemos llamado ‘ocean héroes’, para que conozcan la labor que realizamos. Es una expedición de 10 meses de duración. Comenzamos en septiembre de este año en el País Vasco, y terminaremos en junio de 2023 en Cataluña.
¿Qué resultados esperáis, respecto a la divulgación, por parte de la ciudadanía y de las Administraciones?
Lo que hacemos es una ‘comunicación 360’. Utilizamos las redes sociales y la web, además de otros medios de comunicación, así como charlas, conferencias y las visitas al barco, pero el pilar es la educación y la creación de conciencia.
El mar es un gran desconocido. Somos seres de tierra, de montaña, de suelo, pero lo que pasa de la línea de la costa hacia allá, parece que, como no lo vemos, no existe. Sin embargo, queremos poner en valor la importancia de los océanos, porque son el principal emisor de oxígeno a la atmósfera (no son los bosques). Son los que más CO2 capturan, también. Y son, y han sido desde siempre, una fuente de inspiración para artistas y poetas. Queremos dar a conocer que una comunidad de millones de personas vive por y para el mar.
Queremos, en concreto, dirigirnos a la ciudadanía creando una conciencia sobre el consumo y el uso de los plásticos. Creemos que a través de las autoridades públicas también podremos tener una herramienta para cambiar las cosas. Y nos gustaría declarar el 30% de nuestras costas como áreas marinas protegidas.
Las empresas, que tienen un impacto brutal en la sociedad, nos gustaría que incorporaran al cuidado de los océanos en sus estrategias, como la fabricación de envoltorios con material reciclado, por ejemplo.
Ya se habla de ecoansiedad. ¿Qué le dirías a las personas que no creen que sea posible frenar el cambio climático?
El cambio climático ha existido siempre, es decir, el clima siempre ha estado cambiando. Si pones la historia del planeta en un año, el humano ha llegado en el último minuto del 31 de diciembre. Pero pensamos que llevamos aquí desde siempre. El clima ha cambiado constantemente, pero lo cierto es que estos últimos años, como consecuencia de la actividad humana, ha cambiado drásticamente en un periodo de tiempo muy corto.
No hace falta mirar los informes para percatarse de ello. Es una cuestión que se puede comprobar con los sentidos. Los inviernos son cada vez más cálidos. Nieva cada vez menos. Sin embargo, yo soy más partidario de llamar a la acción desde la pasión, es decir, mostrando la belleza del mundo en el que vivimos. Nos llamamos homo sapiens, pero lo cierto es que somos seres también muy emotivos. Y, no podemos olvidar, que hay una realidad innegable, y esa es que, si no actuamos pronto, la naturaleza nos va a poner en nuestro sitio.
Yo animo a la gente a pasar más tiempo en la naturaleza. Estamos todo el tiempo en una ciudad y frente a una pantalla. Hay que salir a la naturaleza, ella es salud, libertad, belleza, equilibrio, fantasía y refugio. Para mí, la naturaleza es mi verdad: allí lo que ves es lo que hay.
Tu visión de “una humanidad de personas libres, sanas y felices viviendo en equilibrio con el planeta” puede sonar utópica. ¿Qué necesitamos para hacerla realidad?
No hay frontera más infranqueable que aquella que nos impide creer en algo. He viajado por muchos países, y haciendo eso te das cuenta de que según vas cruzando las fronteras todo cambia. Cambian los paisajes y los ecosistemas, la moneda, los idiomas, las comidas. Entonces, cabe preguntarse, ¿qué verdad hay? Y te das cuenta de que el hombre necesita creer en algo, y yo creo en esa idea de una humanidad llena de personas libres, sanas y felices. Porque lo que crees es lo que creas.
Deseo lo mejor para la humanidad, pero no puede haber una humanidad feliz ni sana en un medio ambiente enfermo y castigado.
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