Jueves, 7 de julio de 2022
La importancia del agua en la historia de la humanidad ha sido clave desde el comienzo de los tiempos. Sumerios, egipcios o romanos ejemplificaron desde el principio de sus civilizaciones el papel insustituible que las fuentes hídricas suponían para el desarrollo poblacional. Para ello, establecieron sus sociedades en torno a ríos y aprendieron a gestionar el acceso a un recurso natural determinante no solo para su vida, sino también para su avance socioeconómico.
Actualmente, los entornos urbanos, los cultivos agrícolas y el consumo han aumentado de tal manera que cada vez son más los países afectados por estrés hídrico. El término refleja el problema estructural que supone el desequilibrio entre la demanda de agua y la cantidad disponible en algunas regiones, o cuando su uso se ve restringido por su baja calidad; y el fenómeno ya afecta a más de dos mil millones de personas, según Naciones Unidas. Principalmente en poblaciones de Oriente Medio y el norte de África, pero también lo sufrimos con una intensidad creciente en España. Esta advertencia medioambiental ya ha suscitado el compromiso de grandes empresas ante el enorme problema que supone.
Recientemente, Naciones Unidas conmemoró el 50 aniversario de la primera conferencia mundial sobre medioambiente que celebró la organización. El título no puede ser más explícito: 'Una sola Tierra' (Only One Earth), recordándonos a todos que en esta carrera no hay una segunda oportunidad y haciendo, de paso, un llamamiento a la acción colectiva y transformadora a escala mundial para proteger y restaurar nuestro planeta.
Por eso, la reutilización de agua en todos los sectores se antoja clave para enarbolar esta cruzada medioambiental en aras de mejorar la salud del planeta y de nuestra sociedad. Para Gilbert Houngbo, presidente de ONU-Agua y del FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola), “los desafíos existentes son inmensos. La salud, la educación, la alimentación, la energía, la igualdad de género, la economía, el medioambiente... El éxito de todos estos sectores del desarrollo sostenible guarda una estrecha relación con la disponibilidad y la gestión sostenible del agua y el saneamiento para todos”.
En esa línea, compañías de diversos sectores que llevan a cabo un uso intensivo de recursos hídricos como el textil, el alimenticio o el energético, han desarrollado en los últimos años políticas y proyectos muy ambiciosos que permiten conseguir importantes reducciones en sus consumos industriales, así como inversiones relevantes para la conservación de los entornos y ecosistemas acuáticos (humedales, cursos fluviales, marinos, etc.).
Por ejemplo, empresas como Cepsa, pretenden liderar un cambio en las formas de entender y tratar el agua: la compañía ha anunciado su intención de reducir en un 20% la captación de agua dulce en zonas de estrés hídrico para el año 2025 respecto a los recursos utilizados en 2019, uno de los compromisos más ambiciosos del sector energético a escala internacional.
Para Teodoro Estrela Monreal, director general del Agua del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, España supone un ejemplo a nivel internacional, ya que "aporta mucho en el mundo del agua. Al haber tenido problemas de recursos, nos las hemos ingeniado para hacer una gestión integrada de todos los recursos y tenemos empresas punteras en todo lo relacionado", aludiendo, en declaraciones a EFE, a embalses, aguas subterráneas, desalinización y reutilización de aguas residuales. Y añade que, además de contar con los medios técnicos, el capital humano respalda el avance en la dirección correcta: "Tenemos grandes ingenieros de presas y expertos en reutilización y desalación de aguas", concluyó.
Por su parte, Álvaro Díaz Bild, director de Salud, Seguridad y Medio Ambiente (HSE) de Cepsa, asegura que la transición ecológica “va más allá de promover las energías sostenibles. También implica gestionar de manera responsable los recursos naturales y contribuir a la concienciación social sobre la importancia de este recurso. Cepsa se compromete con un uso eficiente y responsable del agua, reconociendo su importancia como fuente de vida y el derecho fundamental de las personas al acceso y disponibilidad de agua dulce”.
“En Cepsa nos ponemos retos ambiciosos para contribuir positivamente a la sociedad y al futuro del planeta. Este compromiso nos sitúa a la vanguardia del sector, en un ámbito en el que ya somos referentes, pero queremos seguir avanzando. La transición ecológica va más allá de promover las energías sostenibles, también implica gestionar de manera responsable los recursos naturales. Cepsa reconoce la importancia del agua como fuente de vida y el derecho fundamental de las personas al acceso y disponibilidad de agua dulce. El agua es imprescindible para nuestras operaciones y una prioridad para la compañía, por ello estamos firmemente comprometidos con su uso eficiente y responsable”, asegura Álvaro Díaz Bild.
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