Martes, 17 de octubre de 2023
El sueco Erik Ahlström salía todas las mañana a correr por su ciudad natal, Estocolmo. Durante su recorrido siempre encontraba basura en la naturaleza, esparcida en lugares donde no debía estar, por lo que decidió llevar consigo una bolsa e ir recogiendo todos esos desperdicios que encontrase en su camino. Otras personas empezaron a imitar a Ahlström, creando, casi sin darse cuenta, una nueva práctica deportiva: el plogging.
“Cualquier actividad física al aire libre combina muy bien con el plogging, ya que consiste en recoger los desperdicios que nos encontramos mientras estamos realizando deporte, tanto en el medio terrestre como en el marino”, explica Beatriz Soliva, directora de Relaciones Institucionales de Plogging Tour. Así, caminar, correr, trotar, senderismo, kayak, paddle surf, buceo o snorkel casan a la perfección con esta práctica. De hecho, la palabra plogging es el resultado de unir plogga (recoger, en sueco) con jogging (correr o trotar, en inglés).
Desde que Ahlström y sus compatriotas comenzaran en 2017, prácticamente los cinco continentes se han sumado al plogging. “Aunque no tenemos datos exactos por no ser un deporte federado, sabemos que en unos 110 países se realiza esta actividad. Se estima que más de 20.000 personas lo practican a diario en EEUU, México, Costa Rica, Cuba, Argentina, Japón o Australia. Y, por supuesto, en Europa, con los países escandinavos a la cabeza, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España”, indica Soliva.
El hecho de que no sea un deporte organizado dificulta obtener datos a nivel global. En España, es la comunidad Plogging Tour la que nos aporta este contexto. “En 2020, cuando iniciamos nuestra gira en Ibiza, nos habíamos marcado el reto de recoger 33.000 kilos de basura; hoy inmersos en la tercera edición de nuestro tour hemos recogido más de 45.000 kilos”, explica Beatriz. En estos tres años, han recorrido 13 ciudades españolas, dando visibilidad a este deporte que limpia el planeta, a través de jornadas para todas las edades, donde realizan circuitos con monitores ploggers o challenges para empresas y entidades públicas, entre otras actividades.
Entre los desperdicios que más se recogen, Soliva nos cuenta que en términos generales son plásticos; en las playas es muy común, además de las colillas, el vidrio en las zonas de botellón. “A pesar de que parezca increíble, en ocasiones, nos hemos encontrado voluminosos, como ruedas, electrodomésticos o sanitarios de baños”, puntualiza. Papel y cartón también, pero en menor cantidad. De hecho, “a veces están tan deteriorados que ni siquiera se pueden reciclar y tenemos que tirarlos al contenedor de desechos”, apunta la portavoz de Plogging Tour. Y es que obviamente el plogging no solo implica recoger, sino separar y reciclar cada residuo en el contenedor correspondiente, el famoso triaje.
Consejos para practicar ‘plogging’
Esta modalidad no deja de ser un deporte, por lo que desde la comunidad Plogging Tour nos recomiendan que antes de empezar la actividad es muy importante el calentamiento. “No se puede correr, trotar o realizar cualquier tipo de deporte sin haber hecho un calentamiento previo de cinco o diez minutos”. Beatriz asimismo aconseja tener en cuenta las condiciones climatológicas y mantenerse siempre bien hidratado, antes, durante y después del ejercicio; y protegerse del sol con crema fotoprotectora y una gorra.
Es esencial llevar calzado cómodo, ropa transpirable y equipamiento adaptado a la disciplina que estemos practicando. En el caso de realizarlo en bicicleta, por ejemplo, no olvidar del casco. También una bolsa, preferiblemente biodegradable, y unos guantes para proteger nuestras manos. Si vas a practicar plogging en horas sin sol, es importante un chaleco reflectante o ropa de colores llamativos que se distinga aunque no haya luz.
En el transcurso de la actividad, la recogida de basura se puede combinar con sentadillas y pesos muertos, pero siempre teniendo en cuenta la higiene postural para evitar lesiones. “Al terminar, es recomendable lavarse muy bien las manos, así como estirar para no parar la actividad de golpe y que el cuerpo vaya volviendo a la calma poco a poco”, afirma Soliva.
El plogging no tiene edad y es tan sencillo que no hace falta ser un deportista avanzado para convertirse en un plogger. Mientras uno va a hacer la compra o está dando un paseo, puede recoger la basura que vea en el suelo, tal y como Erik Ahlström hacía en su Estocolmo natal. “El planeta es nuestro hogar y realmente no lo estamos tratando muy bien. Los que somos adultos tenemos la opción y la obligación de dejar un mundo más limpio, habitable y lo más sano posible a las generaciones venideras. Es una responsabilidad individual y colectiva porque nadie lo va a hacer por nosotros”, concluye Beatriz Soliva.
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