Jueves, 27 de julio de 2023
Amoxicilina, ibuprofeno, estrógenos anticonceptivos, benzodiacepinas, bezafibrato, carbamazepina o el paracetamol son algunos de los medicamentos que se recetan en las consultas de centros de salud y hospitales para resolver problemas de salud de los pacientes y que, en muchas ocasiones, terminan dañando la del planeta. Son unos pocos de los más de 4.000 principios activos que se dispensan en todo el mundo y que acaban dejando su huella en el terreno y las aguas.
Estos contaminantes emergentes suponen un 25% de la huella de carbono que genera el sector sanitario. Emisiones antes del uso y también después de su consumo. Sólo en 2020, según un estudio liderado por los españoles Gorka Orive de la Universidad del País Vasco y Unax Lertxundi del Osakidetza-Servicio Vasco de Salud y publicado en Science of The Total Environment, se utilizaron 4.500.000.000.000 dosis de medicamentos o lo que es lo mismo 4,5 billones y sin contar los usados para el mundo animal.
A partir de los años 70 los científicos comenzaron a detectar la presencia de medicamentos en los ecosistemas acuáticos: antibióticos, analgésicos, antiinflamatorios, antihistamínicos, estrógenos anticonceptivos, clofibrato contra el colesterol o betabloqueantes para la hipertensión, entre otros. La contaminación farmacológica es hoy tan omnipresente que se han detectado hasta 631 principios activos en 71 países. Además, si se cuentan, sólamente, las emisiones de gases de efecto invernadero de la industria farmacéutica, ésta sería el quinto país mundial más contaminante.
«La escasez de literatura revisada por pares sobre las emisiones de farma puede llevar a pensar que es una industria relativamente verde» Lotfi Belkhir y Ahmed Elmeligi, investigadores de la Universidad de McMaster en Canadá.
Una investigación llevada a cabo por la Universidad de McMaster en Canadá reveló que las principales farmacéuticas del planeta contaminan más que el sector del automóvil. «La atención sobre la reducción de emisiones se ha centrado principalmente en los sectores industriales, como la minería, la energía y la industria automotriz, la huella de carbono de la industria de la salud, y más particularmente del sector farmacéutico, ha recibido poca o ninguna atención por parte de la literatura revisada por pares», advierten Lotfi Belkhir y Ahmed Elmeligi, autores de la investigación. «La escasez de literatura revisada por pares sobre las emisiones de farma puede llevar a pensar que es una industria relativamente verde», añaden.
No obstante, «la sostenibilidad de las plantas de producción es un tema prioritario para la sociedad y para los directivos del sector», aclara Farmaindustria en su documento 'Implantación industrial del sector farmacéutico en España'. «Tenemos unas instalaciones con unas tecnologías muy avanzadas y de alta especialización, que, además, incluyen estrategias de sostenibilidad y responsabilidad social empresarial para impactar de manera muy positiva», apostilla Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, secretario general de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG).
4.500.000.000.000 de dosis de medicamentos se vendieron en 2020 en todo el planeta
Según datos de la patronal del sector, la industria farma trabaja en mejorar su uso de la energía a través del aumento de la eficiencia energética, el incremento la utilización de energías renovables y la producción de energía propia. En la actualidad casi un 70% del total de energía de las plantas farmacéuticas tiene un origen renovable. Sin embargo, «lo mejor es prevenir, tanto en la salud como en el medio ambiente. En la industria trabajamos en reducir al máximo la generación de residuos porque el mejor residuo es el que no existe», señaló el subdirector general de Farmaindustria, Javier Urzay Ramírez, en la jornada 'Juntos por la salud y el medio ambiente: los medicamentos verdes'.
Restos que en lugar de acabar en la basura o por las cañerías, lo hacen en las farmacias. El pasado año se recogió una media por habitante de 104,4 gramos de envases vacíos o con restos de medicamentos en las farmacias, «lográndose reciclar el 67,8% de los materiales de los envases», afirma Sigre en un comunicado. «La emergencia planetaria ha hecho que la población sea cada vez más consciente de que las personas no pueden estar sanas en un planeta enfermo», afirma Humberto Arnés, presidente de Sigre.
En las últimas dos décadas, «los españoles han aumentado su conciencia con el cuidado del medioambiente y la importancia de depositar adecuadamente los envases vacíos o medicamentos caducados», destaca Sigre. Casi nueve de cada diez hogares en España ha incluido ya el reciclaje de los medicamentos dentro de sus buenos hábitos medioambientales. Esto ha permitido que en los 22 años de existencia de Sigre se ha evitado la tala de más de 197.000 árboles, se han ahorrado 371 millones de litros de agua, los necesarios para llenar 148 piscinas olímpicas, o se ha reducido en 402 millones de kWh el consumo energético y se han ahorrado 64,2 millones de litros de petróleo.
Ecodiseño de medicamentos
A estas aportaciones medioambientales hay que añadir que, gracias al sistema de logística inversa empleado por la distribución farmacéutica para la recogida de los residuos depositados en el Punto Sigre, aprovechando para la recogida el mismo trayecto en el que el distribuidor acude a la farmacia a llevar nuevos medicamentos, se evitan 1.400 toneladas de emisiones de CO2 anuales. Sin embargo, una de las mayores iniciativas está centradas en el 'adelgazamiento' de los medicamentos.
En los últimos años, los laboratorios han aplicado cerca de 3.400 iniciativas de ecodiseño, «multiplicándose así los ahorros en las materias primas y energía necesarias para su producción, transporte y posterior gestión medioambiental de sus residuos», señala Sigre. De esta forma, la industria farmacéutica ha conseguido reducir en los últimos 20 años el peso medio de sus envases en más de un 25% y ha logrado que cada año se pongan en el mercado español 500 millones de unidades de fármacos con alguna mejora ambiental en su envase, lo que representa uno de cada tres.
Sólo el pasado año la industria farmacéutica adoptó 165 medidas de ecodiseño que aplicó a casi 100 millones de envases de medicamentos (94,8 millones de envases, concretamente), ahorrando hasta 1.700 toneladas de materiales.
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