Jueves, 15 de diciembre de 2022
Casi 8000 kilómetros y dos continentes separan A Coruña del santuario de Tchimpounga, en el corazón de la República Democrática del Congo. No fue obstáculo para el sueño de Rebeca Atencia Fernández (Ferrol, 1977), que desde niña supo que su vida estaría ligada al cuidado de los animales y a la preservación ambiental. Aunque nunca imaginó hasta qué punto.
Con poco más de 20 años y recién licenciada en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, aterrizó en África para un voluntariado con chimpancés en la ONG Help Congo! La selva y los primates la cautivaron para siempre.
Hoy, esta coruñesa de 45 años y madre de mellizos preadolescentes es la directora ejecutiva del Instituto Jane Goodall (IJG) y del Centro de Rehabilitación de Chimpancés de Tchimpounga, el mayor santuario para esta especie. Por si fuera poco, el semanario norteamericano Newsweek la señaló como una de las 20 mujeres del mundo que inspirarán a las próximas generaciones con su ejemplo profesional y su compromiso personal con la educación ambiental y el cuidado del planeta.
Recuerda que su conciencia ecologista fue muy precoz, en los primeros años de su infancia en los montes de Serantes que rodeaban la casa familiar y caminó de la mano de un guardia forestal, Jaime Vázquez, al que considera su primer maestro en ecología. Con él, recorría los campos y bosques en busca de animales heridos tras los incendios.
De su empeño nació el programa Chimpamig@s, para apadrinar chimpancés desde cualquier punto del planeta. Aunque los objetivos del Instituto Jane Goodall son triples y van más allá del cuidado de los primates: educar y concienciar para usar los recursos de forma sostenible, así como aplicar la ley y proteger a todos los animales en su medio natural en libertad. Uno de sus hitos ha sido poder adquirir tres islas vírgenes en Congo para reintroducir los primates en su hábitat sin interferencias humanas.
“Buscamos el bienestar de los animales, pero esto por sí solo no basta”, advierte Atencia. “En Congo hemos trabajado mucho en campañas educativas para sensibilizar sobre la caza ilegal, y he podido presenciar como algunos cazadores se han implicado ahora en la protección. Trabajamos con la gente local para que sean los propios congoleños y congoleñas los que lideren la protección de su patrimonio natural”, expone.
“El cambio es lento pero posible y perceptible”, asegura. Otros estados africanos ya les demandan asesoramiento en políticas y acciones para frenar la caza y el tráfico ilegal. “Antes, esto no ocurría”, reflexiona la primatóloga coruñesa, pupila de Jane Goodall.
Con cada viaje de ida y vuelta entre continentes, Atencia es más consciente del despilfarro y de la necesidad de ejercer un consumo consciente y responsable.
Rebeca Atencia tiene la firme y contagiosa convicción de que podemos cambiar cosas desde lo pequeño. Y como ejemplos cita la necesidad de reciclar los móviles inservibles para que el beneficio revierta en el continente africano o rechazar de plano las maderas exóticas y los productos cuyo proceso no respete la seguridad alimentaria.
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