Hidrógeno verde, un nuevo vector energético
Impulsamos el negocio del hidrógeno verde para acelerar la transición energética en Europa.
El hidrógeno es una de las principales fuentes de energía renovable y el elemento más abundante del universo. Sin embargo, es complicado extraerlo directamente de la naturaleza, por eso hay que producirlo.
El método de producción más común para producir hidrógeno verde es a partir de la electrólisis del agua, que consiste en separar moléculas de oxígeno e hidrógeno mediante electricidad de origen renovable, un proceso que no genera emisiones de CO2 y por eso da como resultado hidrógeno verde o renovable.
Otra forma de producir hidrógeno es a través del reformado de metano (gas natural) con vapor, que consiste en hacer reaccionar el metano, en cuya composición también hay hidrógeno, con vapor de agua a alta presión y temperatura. Este es el método más utilizado actualmente para producir hidrógeno gris, pero se puede conseguir hidrógeno verde sustituyendo el gas natural por biometano, procedente de residuos orgánicos.
El hidrógeno verde, además de poder utilizarse directamente para la movilidad o en los procesos de producción de distintas industrias, bien como fuente energética o como materia prima, también puede emplearse para producir productos derivados como el amoniaco o el metanol, que serán clave para la descarbonización de sectores como los fertilizantes, la industria pesada o el transporte marítimo.
Más sobre amoniaco y metanolarrow_right_altJunto a nuestros aliados ponemos en marcha el ‘Valle Andaluz del Hidrógeno Verde’, un proyecto que permitirá acelerar la transición ecológica y lograr mayor independencia energética al continente.
Energía sostenible: el hidrógeno verde no genera emisiones contaminantes; lo único que genera en su combustión es vapor de agua.
Capacidad de almacenamiento: puede almacenarse como gas a presión o en forma de productos derivados como el amoniaco o el metanol verdes. Además, es una opción más económica para almacenar la electricidad proveniente de las energías renovables que el uso de baterías.
Facilidad de gestión y transporte: se pueden emplear infraestructuras y procesos que ahora se utilizan para el gas natural. Además, también permite transportar la energía a otras regiones donde no hay recursos renovables.