A pesar de que la electricidad se ha alzado como una de las mejores alternativas para descarbonizar el transporte ligero, el transporte pesado (por carretera, mar o aire) es de difícil electrificación a medio plazo. En este contexto, los biocombustibles de segunda generación se alzan como una solución que, además de suponer casi un 90% menos de emisiones, es también circular gracias al uso de materia prima proveniente de desechos agrícolas o aceites usados de cocina. Invitada: Teresa Parejo, directora de Sostenibilidad de Iberia.