Martes, 25 de abril de 2023
Porque, ¿te habías planteado alguna vez que un parking pueda ser sostenible? Quizá no; quizá hayas dado por hecho que hablamos de una mera instalación dominada por columnas y suelo de hormigón y sin mayor relevancia. Sin embargo, los aparcamientos sí que pueden ser sostenibles. Aquí van algunos ejemplos de ello.
Aparcamientos disuasorios
Mucha gente podría pensar que un parking disuasorio, lejos de reducir emisiones, llega incluso a aumentarlas, ya que supone alejarse del lugar donde se pretendía aparcar, normalmente en la zona céntrica de una ciudad. Sin embargo, la experiencia nos hace saber que aparcar en el centro no es precisamente sostenible; no solo porque produzcas emisiones donde más personas se concentran, sino también porque no suele haber aparcamiento y tienes que dar varias vueltas hasta encontrar sitio. Por todo esto, los aparcamientos disuasorios son una alternativa sostenible. Si se recurre a ellos, se hará un trayecto más directo y reducirá las posibles emisiones en zonas céntricas. Por no hablar de que, durante el camino a pie o en transporte público que se realice hasta el lugar al que uno se dirija, se contaminará menos, o no se contaminará. Se trata de la alternativa más usada hasta ahora: Madrid, por ejemplo, ya dispone de diversos emplazamientos disuasorios, algo que también ocurre (a menor escala) en municipios más pequeños como Sant Joan Despí o Castelldefels, en Cataluña. El auge es tal que administraciones públicas como la Junta de Andalucía incluye guías de ayuda para la instalación de este tipo de aparcamientos.
Parkings en altura y modulares
Quizá un aparcamiento disuasorio contamine menos, pero es verdad que su mera construcción generará emisiones, además de ocupar un espacio que podría dedicarse a otra infraestructura. Por ello, los aparcamientos en altura constituyen una alternativa, ya que la construcción siempre se hará en vertical, eliminando la necesidad de ocupar nuevos terrenos. Además, los modulares permiten readaptar el espacio para ajustarse a las necesidades que haya en cada momento, así que serán polivalentes. Un ejemplo de ello es la empresa vasca Anrotech, que viene desarrollando aparcamientos en altura y modulares desde 2016 en emplazamientos como el Hospital Doce de Octubre o el centro comercial Garbera, en San Sebastián.
Aparcamiento con carga eléctrica
Las ventajas hablan por sí solas. Aquellos aparcamientos que dispongan de conexión para la recarga de baterías de vehículos eléctricos reducirán casi por completo las emisiones generadas. Además, un detalle no menos importante: al ampliar el parque de carga eléctrica, seguirán dando impulso a una forma de movilidad cuyo mayor obstáculo precisamente es el acceso a los aparcamientos con carga eléctrica. Ni que decir tiene que si, además, dispone de zonas donde aparcar vehículos no eléctricos de cero emisiones (bicis y patinetes no motorizados), la reducción será aún mayor. Ya hay aparcamientos de carga eléctrica en gran parte de España: de hecho, empresas como elparking ayudan a los usuarios a encontrar el que esté más cerca de su casa o lugar de trabajo.
En este apartado también podemos mencionar los aparcamientos fotovoltaicos, es decir, aquellos que disponen de paneles solares integrados en las cubiertas. Estos, además de generar una energía renovable como es la solar -que también puede emplearse para el autoconsumo-, protegen los coches de la radiación del astro rey. En al aeropuerto de Sevilla, en las Grutas de San José, en el Vall D’Uixo-Castellón; o en el Parque Tecnológico Walqa, en Huesca, encontramos estos aparcamientos.
Parking de coche compartido
Hace tiempo que el carsharing se ha hecho fuerte en nuestro país, ya sea en su versión tradicional (coche en alquiler por horas para una sola persona/familia) o en la más moderna (coche en el que varias personas que no se conocen comparten trayecto y gastos). La existencia de aparcamientos para este tipo de vehículos, por sí sola, no reduce emisiones (la infraestructura puede ser idéntica a la de cualquier otro parking), pero sí lo hará si tenemos en cuenta que, con la existencia de estas instalaciones, se reducirá el uso del coche particular. Los parkings de coche compartido se pueden ver cerca de las grandes infraestructuras de transporte de las grandes ciudades: en Madrid, por ejemplo, los alrededores de Ifema cuentan con numerosas plazas dedicadas a este tipo de aparcamientos.
Smart cities: aparcamientos inteligentes, previsión de tráfico…
Las smart cities, en sí mismas, ya tienen como uno de sus objetivos primordiales reducir emisiones en el transporte público y privado. Y lo harán más aún cuando dispongan de aparcamientos inteligentes, que pueden introducir innovaciones como la reserva automática de espacio o las previsiones de ocupación, que harán que ningún vehículo haga el camino en vano (contaminando por el camino), sino que se dirija a ellos sabiendo que podrá tener plaza. En Onda (Castellón) o Rubí (Barcelona) ya conocen este tipo de aparcamientos.
¿Te ha parecido interesante?