Miércoles, 8 de junio de 2022
Miden menos de tres metros de largo, no alcanzan altas velocidades y en su interior viajan, como mucho, dos personas. Hablamos de los microcoches, una especie de mezcla entre motocicleta y turismo que, aunque pueda parecer sorprendente, llevan entre nosotros desde la posguerra. La diferencia es que, ahora, buena parte de ellos ya no emiten CO2: los motores son eléctricos.
Quién iba a decir hace 75 años que lo que empezó siendo una especie de atajo para fabricar vehículos a precios reducidos en momentos de pobreza extrema, acabaría siendo parte de la fórmula para solventar el problema del tráfico en las grandes ciudades: congestión, contaminación, ruido, accidentes… Desde hace un par de años, urbes como Madrid o Barcelona ya han dado grandes pasos en la lucha contra este problema, implantando zonas de bajas emisiones, fortaleciendo superficies peatonales o carriles bici, y empujando a la ciudad hacia nuevos modelos de movilidad sostenible con la llegada de los ‘carpooling’ (diferentes personas comparten vehículo) o los ‘carsharing’ (alquiler individual de un coche por tiempo limitado: minutos u horas), entre otros.
En este último método de movilidad, el papel de los microcoches crece en empresas de ‘carsharing’ como ShareNow. Cada vez es más común pasar junto a uno de ellos al doblar cualquier esquina de Madrid o Barcelona; y lo sorprendente es que con el móvil en la mano y una simple aplicación, puedes cogerlo, conducir hasta tu destino y dejarlo aparcado en cualquier rincón de ambas capitales pagando cierta cantidad por kilómetro recorrido. Esta corriente supone una puerta abierta hacia un futuro donde las ciudades estarán repletas de este tipo de vehículos, con el propósito de agilizar el transporte gracias a su reducido tamaño.
Cuando hablamos de automóviles de dos plazas, lo más común es pensar en los cuadriciclos ligeros: alcanzan como máximo 45 km/h y solo requieren el permiso de conducción AM. Técnicamente no son coches, a diferencia de otros vehículos con la misma apariencia que ya podemos ver en el mercado y que alcanzan velocidades superiores, por lo que sí formarían parte de esta categoría.
De estos últimos apenas hay datos de venta concretos, pero de los cuadriciclos sí. Durante 2021 se matricularon 946 unidades, un 420% más que el año anterior, cuando hubo 182. Y este año el impulso se sigue acentuando: en los tres primeros meses del año ya ha habido 274 matriculaciones, un 182% más que en el mismo periodo del año anterior (a cierre de marzo de 2021 se habían matriculado 97 cuadriciclos), según datos de la Asociación Nacional de Empresas del Sector de Dos Ruedas (Anesdor). “Estamos inmersos en un proceso de transformación de la movilidad, y en este entorno crecen los vehículos de menor tamaño y también los eléctricos. Los minicoches están encontrando su hueco y probablemente veamos cómo cada vez más marcas entran en este segmento”, asegura José María Riaño, secretario general de la Asociación.
Adiós a los problemas de aparcamiento
Pero, en la práctica, ¿qué ventajas aportan los microcoches eléctricos? Debemos tener en cuenta que al tratarse de vehículos con dimensiones tan pequeñas, la facilidad que ofrecen en los desplazamientos cortos aumenta. No requiere de amplios espacios para aparcar, algo muy valorado, por ejemplo, en los núcleos de las grandes ciudades. Adiós a los problemas de aparcamiento
Los costes de mantenimiento también son menores. Al tratarse de coches eléctricos y prescindir de un motor con cambio de marchas tradicional, las posibilidades de averías en este sentido disminuyen: hay pocos elementos que puedan desgastarse. El mantenimiento, por tanto, no necesitará cambio de filtros, por ejemplo, sino que únicamente requerirá un reconocimiento periódico de baterías y motores eléctricos. También hay que poner sobre la mesa las ventajas fiscales: el pago de impuestos es menor.
La sostenibilidad es otro de los puntos fuertes. El microcoche eléctrico no consume combustible y las emisiones son nulas. Podremos cargarlo con un gasto aproximado de tres euros cada 100 kilómetros. Y la buena noticia es que la red de carga en las ciudades sigue creciendo. A principios de este año, Endesa X y Cepsa anunciaron un acuerdo para desplegar la mayor red de recarga ultrarrápida de España y Portugal, y la energética ofrece un mapa donde es posible encontrar todas las estaciones de servicio de la compañía con puntos de recarga disponibles en España. En este sentido, Tania Puche, directora de comunicación de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos (Ganvam), opina que las ventas seguirán aumentando, porque además de cumplir con todos los protocolos anticontaminación, “estamos ante una solución más estable que un ciclomotor, con una estructura que protege de posibles golpes directos. Además, tiene un precio de compra relativamente accesible, que se vuelve todavía más popular gracias a las ayudas del Moves”.
Modelos en el mercado
Grandes marcas como Toyota o Citroën ya apuestan por estos tamaños reducidos con mecánicas eléctricas para contribuir simultáneamente a solventar el impacto de la contaminación, así como la congestión en las urbes. Te hablamos de algunos de los modelos disponibles en el mercado:
Eléctrico, con unas dimensiones minúsculas y pensado para conducir únicamente por ciudad. Se trata de un diminuto coche fabricado por la compañía suiza Micro Mobility Systems. Es posible alcanzar los 90km/h. Tiene una autonomía de 200 kilómetros y podremos tenerlo completamente cargado en unas cuatro horas. Su longitud es muy reducida: mide 2,4 metros y cuenta con dos plazas en su interior. Tiene además un pequeño maletero con capacidad para introducir el equivalente a un par de cajas de bebidas.
Dos plazas y apenas 2,5 metros de largo. Este coche fabricado por la marca japonesa también es completamente eléctrico y alcanza hasta 60km/h. La distancia máxima que puede recorrer antes de volver a cargarlo es de 150 kilómetros. Si utilizamos un enchufe doméstico, podremos tener lista la batería en unas diez horas aproximadamente.
Se trata del primer microcoche 100% eléctrico de Citroën. Sus características, en algunos aspectos, son similares a los anteriores modelos, pero con una diferencia importante: se trata de un cuadriciclo que alcanza, como máximo, 45km/h. Como técnicamente no es un coche, no puede circular por autopistas ni autovías y es posible conducirlo a partir de los 15 años y con permiso de conducción AM. En este caso, la autonomía del vehículo alcanza los 70 kilómetros.
Estos son los modelos que más destacan, pero también podemos encontrar otros microcoches eléctricos como el Aixam City, el Casalini M20 y hasta descapotables, como el Bellier B8. Todos ellos con una serie de características comunes: pequeños, sostenibles e ideales para moverse por las zonas metropolitanas con mayor densidad de población.
¿Te ha parecido interesante?