Martes, 6 de septiembre de 2022
Más de 4.000 piezas, esta es la composición de un vehículo que, además, lleva combustible, aceites y otros líquidos en su interior. En su ensamblaje, un coche moderno puede mezclar casi medio centenar de materiales diferentes que van desde el vidrio, al caucho de los neumáticos o a plásticos de los paragolpes.
Así hasta 60.000 uniones que tras 18 años, esa es la edad media del parque móvil en España, acaban en el desguace. Un final de trayecto con miles de kilómetros recorridos por calles y carreteras nacionales, pero que, por ley, no deben acabar en un 'cementerio' de coches.
Desde 2015, la legislación europea obliga a reciclar el 95% de la masa total del vehículo fuera de uso. “Todavía nos llegan plásticos que son muy difíciles de reciclar y por eso no llegamos al 100%”, explica Alicia García-Franco, directora general de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER). “Aunque, los fabricantes cada vez invierten en mejores plásticos y se podrá reutilizar todo en los próximos años”, añade.
Así, “se reciclan unos 700.000 vehículos”, asegura García-Franco, que llegan a los Centros Autorizados de Tratamiento (CAT), también conocidos como desguaces. En estas instalaciones es donde comienza la 'reencarnación' de estos automóviles en nuevos coches, lavadoras, carritos de la compra, columpios o asfalto.
Del desguace a una nueva vida
España cuenta con cerca de 1.300 CAT, que no son solo el último destino de los coches fuera de uso, sino también son grandes hipermercados de las casi 4.000 piezas que componen estos vehículos. Antes de ser convertidos en chatarra, los faros; alternadores; las válvulas EGR; frontales o los motores de arranque se guardan para ser vendidas de forma independiente a usuarios que las necesitan.
Sin embargo, antes de pasar a su despiece o, directamente, a ser prensado, “todo vehículo que llega a estas instalaciones tiene que ser descontaminado”, destaca la directora general de FER. Tras comprobar que el coche está dado de baja en la Dirección General de Tráfico y que todos los trámites administrativos son correctos, los trabajadores de los desguaces retiran los elementos y líquidos que pueden dañar el medioambiente. “En este caso, hablamos de aceites, gasolina o mismamente la batería”, señala García-Franco.
Una vez separados, estos fluidos son llevados a depósitos separados para analizar sus impurezas. Si no se pueden reutilizar se desechan, pero si pueden tener una segunda vida, se convierten en nuevos combustibles o aceites lubricantes para motores o cajas de cambios.
A continuación, llega el verdadero desmontaje de las más de 4.000 piezas del vehículo . Motor, capó, ruedas, faros, retrovisores, puertas. Todas ellas son almacenadas para su posterior “aprovechamiento, reparación o reutilización”, revela. Así queda, prácticamente, al desnudo el esqueleto de metal del vehículo para llegar a la prensadora.
Es en estas máquinas donde el coche queda reducido a un cubo de metal o “se vende a una instalación de fragmentación”, responde García-Franco. En estas instalaciones, el cuerpo del automóvil que no ha sido despiezado se tritura, “para hacernos una idea es un molinillo gigante que tritura todo”.
Dentro de esta enorme trituradora, “totalmente mecanizada”, las composiciones metálicas se separan del resto a través de imanes. “El 70% de un coche es material férrico”, destaca la directora general de FER. El resto de materiales como el cobre, el bronce o el aluminio también se destinan a otras fundiciones, “esto suele rondar el 5%”.
Los automóviles más modernos son cada vez más tecnológicos y el cableado de su interior suma cientos de metros de largo y llega a rondar los 10 kilos. “Se reutilizan para hacer nuevos cables, bicicletas o volver a los coches”, narra García-Franco.
Por su parte, los neumáticos son los que más fácil salida tienen. Si su estado lo permite, se vuelven a utilizar. En cambio, si están dañados se trituran para convertirse en un granulado con múltiples aplicaciones: desde servir de combustible para plantas industriales, como cementeras o siderurgias, hasta la fabricación de césped artificial.
¿Y los plásticos?
A pesar del desmontaje a la llegada a los Centros Autorizados de Tratamiento, “los coches tienen muchos plásticos y su reciclado aún no es posible”. Los plásticos junto con los textiles son los más complicados de encontrarles una segunda vida, pero, cuando se pueden reutilizar, se convierten en aislantes o vuelven al mundo del automóvil como revestimientos interiores. “Los fabricantes han invertido mucho y hacen ahora unos plásticos de solo polímero para facilitar el reciclaje”, comenta García-Franco.
Los laboratorios de I+D+i de las grandes firmas de la automoción trabajan para ser más verdes y dejar menos huella en el medioambiente. Así, marcas como Audi, Renault, Fiat o Ford reutilizan botellas de plástico para fabricar alfombrillas. Además, desde 2020, esta última compañía trabaja con McDonald's para reutilizar los residuos de café del gigante de comida rápida para ser usados en las carcasas de los faros de los vehículos Ford.
El 'problema' de los coches eléctricos
El pasado ejercicio en España se vendieron un total de 27.769 vehículos eléctricos, lo que supone un 37,76% más que en 2020. Un alza que se va sosteniendo en el tiempo y que despierta una duda: ¿se pueden reciclar estos automóviles?
“El proceso es el mismo, solo que hay que retirar una batería eléctrica”, explica Alicia García-Franco, directora general de la Federación Española de la Recuperación y el Reciclaje (FER). “Ahora mismo, las mandamos fuera de España, pero tenemos dos proyectos de investigación para reciclarlas aquí”, apostilla.
Las baterías más comunes son las de ion-litio que se componen de litio, níquel, cobalto y manganeso. “Además, tienen una estructura de aluminio y otros metales”, añade García-Franco.
Debido a su reciente incorporación en el mercado del automóvil, “queda tiempo para su reutilización o reciclaje”, explica la directora general de FER. Las posibilidades que baraja la industria son varias, pero “pueden valer para recargar varias cosas como aerogeneradores”.
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