Martes, 18 de abril de 2023
Más del 50% de los consumidores espera utilizar vehículos autónomos en los próximos años, según el informe de Frost & Sullivan para Dassault Systèmes sobre tendencias y perspectivas de la ciudad en 2030. El texto recoge que un 71% de los encuestados prevé usar vehículos totalmente eléctricos y más de la mitad cree que utilizará vehículos autónomos al inicio de la próxima década.
Y es que el transporte autónomo tiene en la tecnología su principal aliado. La irrupción de la inteligencia artificial, el big data o la conectividad a internet —en especial con el despliegue de la tecnología 5G— son claves en esta nueva forma de afrontar el transporte sostenible del futuro, ya que necesitan de la conectividad para su desarrollo. Hablamos de comunicación entre máquinas que, en el caso de los coches, es el intercambio de información entre vehículos en las carreteras o vías urbanas V2V (vehicle to vehicle).
La industria ya trabaja para alcanzar un paso más con el estándar tecnológico Cellular V2X (cellular vehicle-to-everything, en inglés). Gracias a la conectividad 5G permitirá a los vehículos comunicarse con todos los elementos que lo rodean (semáforos, señales…), en busca de una conducción autónoma completa. Por ejemplo, los vehículos que esperan en una intersección arrancarán al unísono para reducir los tiempos de espera, o ajustarán automáticamente su velocidad para no parar ante un semáforo, e incluso, los camiones podrán circular por una autopista coordinando su velocidad.
Para que esto sea posible, se necesita un sistema infalible, donde las comunicaciones sean 100% fiables y que los sensores funcionen sin fallos en perfecta coordinación. Solo así se evitarán los atascos, mejorará la circulación y se garantizará una mayor seguridad viaria, entre otras ventajas, consiguiendo una movilidad mucho más eficiente.
¿Qué son los túneles inteligentes?
Poco a poco se van dando pasos en este sentido. Ejemplo de ello es el túnel de Cereixal, situado en la carretera A6 a la altura de la provincia de Lugo, convertido en el primer ‘túnel inteligente’ de España, conectado con los vehículos. Esta infraestructura inteligente envía información, en este caso al conductor, de las condiciones meteorológicas a la salida, posibles obras, avisos de vehículo lento, congestiones, accidentes, obstáculos en carretera, presencia de peatones o frenadas bruscas durante su trayecto por el mismo, además de alertas de entrada de un vehículo de emergencias.
Se trata de un primer paso para conectar vehículo y carretera, todavía a través del conductor, pero que ya supone una gran mejora de la movilidad. Y es que toda la información recogida por los sensores (opacímetro, pavimento deslizante, visibilidad, estación meteorológica) y cámaras instaladas en el túnel (DAI – Detección Automática de Incidentes-, térmicas, detección de mercancías peligrosas, detección de vehículos eléctricos), así como todos los eventos emitidos o recibidos por los vehículos conectados, se integran en un sistema centralizado que permitirá una gestión más eficiente, rápida y segura.
Transporte autónomo por tierra, mar y aire
El transporte autónomo no se limita a los vehículos que transitan por carretera, sino que también se desarrolla en el transporte por aire, ya sea aviones o drones, por mar o trenes.
En el caso aéreo, los aviones de carga autónomos son ya una realidad. La industria aeronáutica trabaja de forma decidida en este sentido, como lo demuestra la empresa estadounidense Nautilus, que produce la primera aeronave autónoma del mundo diseñada y fabricada para el transporte aéreo de mercancías. Para ello, este fabricante quiere poner en vuelo una familia de aviones de carga autónomos con mayor eficiencia y ahorro de costes, innovando el diseño de los aviones de transporte de mercancías para aumentar el volumen de carga en un 60%, lo que reducirá el coste de las operaciones de carga y las emisiones de carbono a la mitad.
A menor escala, existe el llamado Advanced Air Mobility (AAM), también denominado Movilidad Aérea Urbana (UAM), un nuevo concepto de transporte aéreo que utiliza aeronaves autónomas para trasladar personas y/o carga. Estas aeronaves, principalmente eVTOL (de despegue y aterrizaje vertical), pueden funcionar con sistemas eléctricos híbridos, baterías o, potencialmente, pilas de combustible de hidrógeno, con un tamaño que va desde drones pequeños hasta las grandes lanzaderas, de uno o varios pasajeros, y suponen un paso en eficiencia en el transporte, al evitar el tránsito por carretera.
El tren tampoco se queda al margen de la incipiente llegada de un transporte autónomo más eficiente, basado en transportar el mayor número de personas en el menor tiempo posible, con la mejora de sostenibilidad que ello conlleva. En este sentido, existen diferentes proyectos y técnicas, como el Hyperloop, del que hay varias iniciativas. Está considerado el sistema de transporte terrestre más rápido del mundo para viajes interurbanos totalmente eléctricos y automatizados. Las cápsulas Hyperloop se mueven levitando a altas velocidades dentro de una red de tubos de baja presión.
En el mes de febrero, en el Mobile World Congress de Barcelona, se presentó un prototipo de una cápsula capaz de alcanzar los 1.200 kilómetros por hora mediante un sistema de levitación e impulso por aire en el interior de un tubo. En este proyecto participa la empresa valenciana Zeleros, que acaba de recibir el premio Generalitat Valenciana al Proyecto más innovador para el futuro de la movilidad, dentro de la primera edición del eMobility Expo World Congress.
Esta empresa plantea transportar hasta 250 pasajeros a una velocidad de 1.000 km/h dentro de tubos de baja presión. En el caso de transporte de mercancías, las cápsulas tienen una capacidad de hasta 50 toneladas de carga útil y disponen de capacidades automatizadas de carga y descarga. El sistema se basará en unos viaductos que pueden construirse sobre cualquier orografía, como zonas montañosas o arena, y soporta todo tipo de efectos adversos meteorológicos, todo ello sin emisiones.
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