Miércoles, 6 de julio de 2022
El Gobierno español ya trabaja en una actualización del Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC) —la hoja de ruta para impulsar la descarbonización de la economía y del sistema energético hasta 2030— que previsiblemente incluirá objetivos más ambiciosos de despliegue de renovables. El objetivo es que España se convierta en un gran ‘hub’ de generación de energías limpias y lidere el abastecimiento a Europa. Pero, “hay que avanzar a un ritmo que no estamos cumpliendo”, expresó Juan Virgilio Márquez, director general de la Asociación Empresarial Eólica, durante el encuentro de presentación del programa “Sumamos Energías” organizado por Cepsa y Europa Press el pasado mes de junio, y que reunió expertos de distintos ámbitos e instituciones para hablar de los retos y las oportunidades del sector y su capacidad para crear valor compartido con municipios y entornos rurales, fomentando la colaboración con las administraciones, creando un espacio de diálogo abierto y constructivo con todos ellos.
Los ponentes coincidieron en la idea de que España debe pisar el acelerador de la electrificación y las energías verdes, pero de “forma ordenada” y siendo “eficientes en cuanto al aprovechamiento de los recursos naturales”, señaló José María González Moya, director general de APPA Renovables (Asociación de Empresas de Energías Renovables). Un impulso que llegará acompañado de “la creación de 300.000 puestos de trabajo, la generación de riqueza y la creación de industria”, explicó. En este sentido, José Donoso, director general de Unión Española Fotovoltaica apuntó que, aunque las ventajas económicas que deja el desarrollo de un proyecto renovable “son claras”, se ha detectado un “problema de percepción” que, en determinadas ocasiones, ha generado cierto rechazo social. “Aunque solo es necesario un 1% del suelo agrícola para cumplir con los objetivos, según el PNIEC, la concentración, que se da por la necesidad de acercar las plantas a los puntos de conexión, ha generado cierta polémica”, indicó Gemma García – Pelayo, secretaria general de la Asociación Andaluza de Energías Renovables.
Por su parte, Pablo Ronse, responsable de proyectos renovables de Cepsa, incidió en el potencial que tienen las plantas de generación para la reactivación de aquellas pequeñas localidades donde se instalan y puso el foco en la formación como palanca de cambio y concienciación: “en Cepsa, a través del programa Sumamos Energías, formamos a la gente del municipio, poniendo énfasis en las mujeres, personas desempleadas y aquellas en riesgo de exclusión, para que puedan participar en la construcción y operación de nuestros proyectos; pero también fomentamos una formación transversal en temas de sostenibilidad, energías y nuevas tecnologías renovables, o medioambiente, para que vean que la implantación en el territorio es positiva”.
Los municipios, la clave para la convivencia de los ciudadanos y las renovables
Además de las compañías que lideran los proyectos renovables, las instituciones públicas juegan un papel decisivo en el desarrollo de los proyectos y, por tanto, en el éxito de la transición energética. En este sentido, Milagros Tolón, alcaldesa de Toledo y vicepresidenta de la FEMP, comentó que los ayuntamientos tienen "mucho que decir" en el objetivo de transmitir el mensaje de los beneficios de las renovables, ya que es "la administración más cercana" a los ciudadanos y debe ser "locomotora" para ello. Por su parte, Santiago Lázaro, alcalde de Campo de Criptana, destacó la importancia "del acompañamiento para que el vecino entienda claramente que esto es beneficioso", de la mano del "esfuerzo de las empresas de acercarse lo máximo posible a los ciudadanos en la explicación de sus proyectos y los beneficios que aportan".
La jornada contó también con el consejero de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha, José Luis Escudero, quien no quiso olvidar que en el actual contexto de emergencia climática el compromiso de "pasar a la acción" debe ser claro y "nadie se puede poner de perfil", resaltando la importancia crítica de avanzar de forma ágil en la implantación de este tipo de energías sostenibles.
En este sentido, Cepsa trabaja en el desarrollo de 12 proyectos de energía solar fotovoltaica en Castilla-La Mancha, Madrid y Andalucía que suponen una inversión de más de 900 millones de euros y alrededor de 5.000 empleos. Para Carlos Barrasa, director de Commercial & Clean Energies de Cepsa, “todo ello está alineado con la nueva estrategia a 2030 de Cepsa, que tiene como objetivo impulsar 7 gigavatios de potencia instalada renovable para dar un giro verde a nuestro modelo de negocio y contribuir a la descarbonización de la economía”. En la misma línea, Carmen de Pablo, CFO y directora de ESG de Cepsa, apuntó que esta apuesta clara por las energías renovables en la nueva estrategia de la compañía, “ofrece una clara oportunidad para transformar los territorios, ya que perseguimos no solo ser una empresa neutra en emisiones de carbono, sino que nuestra actividad permita una contribución positiva en las comunidades autónomas en las que tenemos presencia".
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